Leyendas

Cristóbal Colón vivió en la isla de Porto Santo durante algunos años, y allí planeó el viaje que lo llevaría al Descubrimiento de América.

En el siglo XVI, en un lugar yermo de la parte norteña de la isla, habitaba un pastor ermitaño y salvaje que, como no tenía mucha relación con los demás habitantes, se le conocía como bravo.

Se dice que una niña de diez años, cuyo nombre era Eliza, perdió a su familia un año después de que acabara la II Guerra Mundial, en pico Castelo en Porto Santo.